La unidad de organización social era la banda o tribu, compuesta por una media docena de familias. Eran fundamentalmente grupos migratorios en busca de caza, pero solían mantenerse dentro de un área geográfica determinada y a veces regresaban periódicamente a un centro de ceremonias. Aunque los contactos entre bandas fuesen raros, no lo eran tanto como para impedir la difusión de peculiaridades y técnicas sociales, y tal vez primitivos trueques, incluido el intercambio de mujeres. Las pautas de matrimonio y parentesco habían evolucionado, y la prohibición del incesto era universal. Las magníficas pinturas rupestres del norte de España y del sudoeste francés, realizadas hace 20.000 años, nos proporcionan alguna indicación del nivel de desarrollo cultural.
Dada la naturaleza de su economía, los hombres del Paleolítico estaban sujetos a ciclos recurrentes de escasez y comida abundante, dependiendo de los movimientos de la caza y la fortuna en las cacerías. En los períodos de escasez, sólo los más fuertes sobrevivían, y en hambrunas prolongadas, comunidades enteras perecían o migraban.
Los hombres del Paleolítico se distribuyeron por toda la superficie el planeta. A finales del periodo, hace unos 10.000 o 12.000 años, habían ocupado prácticamente todas las zonas habitables de la Tierra. La densidad de población variaba en proporción a la flora y la fauna que le servía de medio de subsistencia. La mayor densidad se dio en las zonas tropicales y subtropicales. A finales del Paleolítico el Homo Sapiens poblaba la Tierra aproximadamente 10 millones.